miércoles, 11 de septiembre de 2019

Dos textos para abrir el apetito

Aquí tenéis dos textos situados en el límite entre la ciencia y la literatura ( no están sacados de libros de divulgación científica, son obras literarias), que tratan del asombro ante la naturaleza y sus procesos con una mirada diferente, nueva, original y nada antropocéntrica.  También hacen una reflexión sobre la escala del tiempo geológico en un registro literario.

Espero que os sirva de estímulo para iniciar esta asignatura con las mismas expectativas con las que iríais a un banquete. Al final de la lectura de los dos textos podéis comentar vuestras impresiones sobre lo que os haya impactado más de ambos fragmentos.



El primero es un fragmento del libro "La luz que no puedes ver",  una novela ambientada en la Segunda Guerra Mundial. Uno de los protagonistas es un adolescente que vive en un orfanato y que es muy habilidoso montando y reparando radios, un invento muy importante en aquella época.






“Una noche Werner y Jutta sintonizan una emisión estridente en la que un joven habla sobre la luz en un francés suave y con acento.
“Niños, el cerebro está envuelto por una oscuridad total-dice la voz-Flota en un líquido transparente en el interior del cráneo y jamás recibe luz. Pero a pesar de eso, el mundo que construye en nuestra mente está lleno de luz, rebosante de colores y de movimiento. ¿Cómo puede ser que el cerebro, que jamás conoce una chispa de luz, construya en nuestro interior un mundo lleno de luces?”

(…) El francés habla ahora de ilusiones ópticas y electromagnetismo. Luego hace una pausa, se oye el repiqueteo de la estática como si se estuviera dando la vuelta a un disco y a continuación se pone a hablar con entusiasmo sobre el carbón. 

“Pensad en cualquiera de las brasas que veis en el interior de la estufa de vuestras casas. ¿os lo imagináis? En algún momento ese trozo de carbón fue una planta verde, un helecho o un junco vivo hace un millón de años, dos millones de años o cien millones de años. ¿Os imagináis lo que son cien millones de años?  A lo largo de la vida de esa planta, sus hojas absorbieron durante los veranos toda la luz que pudieron y transformaron la energía del sol en energía natural para generar su tronco, sus ramas y tallos. Y es que las plantas se alimentan de la luz igual que nosotros nos alimentamos de la comida. Luego esa planta murió y probablemente cayó en el agua, se transformó en musgo de esfagno y  el esfagno se hundió en la tierra durante años, durante eras frente a las que un mes , un año o toda vuestra vida no es más que un soplido, un chasquido de dedos. Finalmente el esfagno se petrificó y se convirtió en una piedra que alguien extrajo, y que más tarde el carbonero acercó hasta vuestra casa. Tal vez alguno de vosotros la puso en la estufa. Aquel antiguo rayo de sol  –aquella luz de hace cien millones de años–es la que calienta ahora vuestro hogar.”

El tiempo pasa más lento. El desván desaparece. Jutta desaparece. ¿Ha hablado alguien alguna vez de una manera tan íntima sobre las cosas que más le interesan a Werner?
“ Abrid los ojos –concluye el  hombre- y observad todo lo que podáis antes de cerrarlos para siempre.”

                                                        Fragmento de “ La luz que no puedes ver”  Anthony Doerr




El segundo texto es un fragmento de “Una temporada en Tinker Creek”, de Annie Dillard, un libro que relata las impresiones y exploraciones sobre la naturaleza  que hace la autora durante su estancia en una zona salvaje del estado de Virginia mientras se recupera de una neumonía muy grave.

El siguiente fragmento aparece, en el libro, a continuación de que la escritora cuente una visión que tuvo en la que hizo una especie de viaje a través del tiempo geológico.






“Es una pena que no podamos observar algo así en una pantalla. John Dee, el geógrafo y matemático isabelino, tuvo una gran idea, que es justo lo que necesitaríamos. Lanzas un espejo al espacio de forma que viaje más rápido que la luz (eso es lo complicado). Luego, miras el espejo y observas la historia previa de la Tierra, que aparece como una película en una pantalla de cine. La gente que graba películas interminables de fotografías secuenciales de rosas y tulipanes  abriéndose se equivoca de idea. Debería apuntar con sus cámaras hacia los bloques de hielo que se derriten, hacia el fondo verde de las charcas, hacia la ola de la marea del río Severn. Debería grabar los glaciares de Groenlandia, algunos de los cuales se escinden tan rápido y crujen de tal modo que los perros les ladran. Deberían grabar la invasión del bosque de abetos septentrional por la tundra canadiense meridional, cosa que está sucediendo ahora mismo a razón de un kilómetro  y medio cada diez años. Cuando la última lámina de hielo retrocedió del continente americano, la tierra se levantó cuatro metros¿ Acaso no hubiera merecido la pena ver algo así?
La gente dice que un buen asiento en el jardín trasero de la casa proporciona unas vistas tan privilegiadas como las de cualquier torre de observación de Alfa Centauri. Se equivocan. Miramos a través de un cristal que distorsiona. Nos encontramos en medio de una película o de una escena concreta, y no sabemos qué sucede en el resto de la historia.
Pongamos que pudieras mirar el espejo de John Dee que cruza el espacio a toda velocidad; pongamos el globo terráqueo en relieve estuviera en movimiento como un trompo gigante, y que pudieras insuflar vida a su superficie; pongamos que pudieras ver una película de nuestro planeta con tomas secuenciales en cámara rápida: ¿qué verías? Imágenes transparentes moviéndose a través de la luz, una infinita tormenta de belleza.
En sus inicios aparece envuelta en neblina, iluminada con ráfagas de luz aleatorias y deslumbrantes. La lava emana y se enfría; los mares hierven y se desbordan. Las nubes toman forma y se desplazan: ahora puedes ver la superficie del planeta a través de retazos de claridad. La tierra se estremece y se fragmenta como un bloque de hielo dividido por una brecha que se ensancha. Las montañas emergen, se elevan, se pulen y se suavizan ante tus ojos vistiéndose de bosques como si fueran de fieltro. El hielo se repliega y hace que las tierras verdes se sumerjan bajo el agua para siempre; luego el hielo regresa. Los bosques brotan y desaparecen como anillos de hadas. El hielo vuelve a replegarse, las montañas se transforman en lagos y la tierra húmeda se eleva sobre el mar como una ballena que emerge; el hielo regresa.
Las cumbres más altas se cubren de manchas verdeazuladas, desde el sur se extiende un verde amarillento como una ola sobre una playa. Un tinte rojo parece filtrarse desde el norte, por las cordilleras y entre los valles, hacia el sur; tras el rojo viene el blanco, y luego el amarillo verdoso que inunda el norte, luego se extiende de nuevo el rojo, luego el blanco, así una y otra vez, formando patrones de color demasiado rápidos y complejos para poder seguirlos. La película se ralentiza. Ves tormentas de polvo, langostas e inundaciones en una vertiginosa sucesión de imágenes instantáneas.
Céntrate ahora en una orilla y mira el humo de las hogueras a la deriva. Se levantan ciudades de piedra, se propagan y se desmoronan como manchas de flores alpinas que se abren un centímetro por encima del permafrost, esa tierra congelada en la que ninguna raíz puede absorber nada, unas flores alpinas que se marchitan al cabo de una hora. Aparecen nuevas ciudades, y los ríos vierten sedimento sobre sus azoteas; emergen más ciudades y se extienden con forma de lóbulos, como líquenes en las piedras. Los grandes seres humanos de la historia, esos tejidos intrincados y enérgicos que rondaron por la superficie de la tierra, son un borrón vacilante cuya fracción de segundo de exposición a la luz fue tan breve que no es posible obtener imagen alguna de ellos, salvo unas figuras fantasmales encorvadas y sin sombra. Las grandes manadas de caribús se derraman por los valles como escoria, después retroceden, gota a gota, y vuelven a derramarse, como un fluido pardo.

Ralentízalo más, acércate un poco. Aparece un punto, un copo de carne. Se hincha como un globo; se mueve, gira, se detiene y desaparece. Ésa es tu vida. “

                                                       Fragmento de “Una temporada en Tinker Creek”,  Annie Dillard



A continuación, en Comentarios, escribe un pequeño texto en el que expreses alguna idea o sentimiento que te hayan sugerido estos fragmentos.  

11 comentarios:

  1. Martí:
    El primer text em transmet la complexitat del cervell humà, que mai veu la llum però en canvi el món que es veu pels teus ulls és colorit i ple de llum i colors, una llum i uns colors que el nostre cervell mai contemplarà per ell mateix. En aquest text es demostra la complexitat del cervell humà i ens pot deixar pensatius sobre com el nostre cervell i cos funciona en completa harmonia.

    El segon text en canvi ens parla sobre com som insignificants en el temps de vida de la terra, ja que fa una mirada en el temps des de l'inici/creació de la terra fins a l'actualitat, passant per grans fenòmens geològics com la gran glaçada i el posterior desgel, la separació de Pangea i els inicis de la civilització.

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  2. Àlex Méndez Rams

    Respecto al primer texto, me ha gustado mucho la idea de que el cerebro está en la oscuridad absoluta, pero en cambio, nosotros vemos a travez de los ojos un montón de luces y estímulos.También me resulta muy interesante, que el fuego con el qual nos calentamos, la materia que se quema, pueda tener millones de años, ya que la materia ni se crea ni desaparece, la materia se transforma. Encuentro muy interesante el final, ya que hace reflexionar sobre nuestra existencia y pide que aprovechemos los momentos porque llegará el día, que no nos podremos levantar y nos arrepentiremos de muchas cosas, pero yo creo que sobretodo de no poder obervar el cambio contínuo de los sucesos.
    Respecto al segundo texto, desconocía la posibilidad de viajar más rapido que la luz.Desde pequeño me han dicho que la máxima velocidad a la que se podía llegar es a la velocidad de la luz. Me ha gustado mucho la comparación del autor de una película con la naturaleza. Opino que és una comparación muy acertada porque la naturaleza está en todo momento en movimiento y ocurren muchas cosas interesantes dignas de ser gravadas y recordadas. Me ha impactado mucho, cuando el autor afirma que si se viaja más rápido que la luz, se podría ver el pasado en el presente. Creo que si algún día conseguimos viajar más rápido que la luz y ver el pasado,será un cambio muy importante en la humanidad porque podremos ver la realidad de lahistória, como por ejemplo,¿como se formó la vida?,¿ qual fue el primer ser vivo?, etc...

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  4. MAR LARA MONTMANY

    •Text 1 "La luz que no puedes ver" Anthony Doerr

    El primer text ens transmet que per veure el procès dels elements hem d'estar atents i observar tot el que ens envolta. És impressionant el procès que fa una planta amb molt temps i des del no res i el cicle de la vida de tots els elements que podem observar a la natura.
    M'ha agradat molt la idea de que el cervell humà no veu llums però alhora ho veu tot, és la base del nostre aprenentatge.

    •Text 2 "Una temporada en Tinker Creek" Annie Dillard

    Molts cops observem una cosa i ja no l'observem mai més, és a dir, que no observem l'evolució que fa aquest element durant un cert temps. El que fa que no aprengurm sobre l'envolució i que ja ho prenguem tot per sapigut. Aquest text fa reflexionar sobre el que signifiquem nosaltres, els humans dins l'univers. L'espècie humana normalment es creu ser el centre ja que podem accedir a molts coneixements però en realitat dins l'univers som insignificants i segons la història de l'univers nosaltres som una fracció molt petita d'aquest temps.

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  5. ·TEXTO 1·
    El fragmento del texto la luz que no puede ver trata el ciclo de la materia y como los seres vivos pueden llegar a convertirse en carbón y todo el carbón que usamos fue previamente un ser vivo.
    ·TEXTO 2·
    En este fragmento entremezcla lo que ve con lo que piensa y siente, hace reflexión sobre la esencia de la naturaleza y su belleza. Da a entender que utiliza la capacidad de observación que resulta insólita como reveladora. Tambien se contradice porque habla de la bbeleza y el horror de la naturaleza.
    Ferran Gombau y Adrià Roger

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  6. Gisela Díaz

    En el primer texto, “La luz que no puedes ver”, habla sobre el origen las cosas, es decir el proceso por el cual ha pasado una cosa hasta llegar a ser lo que es ahora. Como por ejemplo un trozo de carbón antes fue un árbol vivo. Este texto me hace reflexionar en muchas cosas, por ejemplo que las cosas mas simples antes eran otras cosas totalmente diferentes, cambian de uso, de lugar… y puede haber tardado mucho tiempo en cambiar.

    El segundo texto, “Una temporada en Tinker Creek” trata de como si pudiéramos ver en una película a cámara rápida como se creo el planeta tierra, desde unas imágenes transparentes moviéndose a través de la luz hasta como lo conocemos ahora. A mi me ha hecho pensar mucho ya que es mucho tiempo el que ha pasado para que la Tierra este como ahora. Han sucedido muchas cosas, desde la formación de las nueves, hasta la creación de las ciudades. Y pienso que ahora mismo la gran mayoría de persona no es consciente de todo lo que ha pasado para estar como ahora.

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  7. Alexia Domènech

    En el primer texto, «La luz que no puedes ver» de Anthony Doerr me sugiere el hecho de que a pesar del paso de días, meses, años, décadas o siglos seguimos rodeados ingenuamente de energías, objetos, pensamientos… Como dice en el texto, el carbón de nuestra estufa puede ser de una planta la cual ha crecido hace miles de años y nosotros no tenemos idea de su evolución y toda su historia. Mientras, nosotros solo somos una pequeña etapa en este mundo. También me impresiona la pregunta que hace sobre como el cerebro que no conoce una chispa de luz y construya en nuestro interior un mundo de colores.

    Por otro lado el segundo texto “Una temporada en Tinker Creek” de Annie Dillard, me hace pensar en el fin del mundo. Todo lo que se formó poco a poco se va deshaciendo. También en la naturaleza y su instinto, y lo insignificantes que somos en el universo.

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  8. Marina Medina Espinar

    No es curiosa la complejidad de nuestro cuerpo?, su perfección? Como algo puede recrear tan bellamente aquello que no puede ver, pero claro, que es ver ?.
    Todo de nosotros, cada pequeña célula, tiene una función especifica, no pueden tropezarse ni caer pues si lo hacen desencadenan una serie de pequeñas catástrofes a cada cual mas grande y mortal.
    Somos una maquina perfectamente engrasada y lista para funcionar, pero una con alma que en realidad es lo que nos inyecta de vida.
    Nosotros que creemos ser tan bellas criaturas, tan inteligentes. que nos parece que sufrimos tantos cambios, que aprendimos tanto. Que libramos una y mil guerras en un campo de batalla prestado y hemos vaciado hasta los huesos una tierra que en realidad no es nuestra. Nosotros que nos creemos amos y señores de todo aquello que pisamos en realidad no llevamos en este planeta ni una cuarta parte de lo mucho que le costo formarse. Y ahora soberbios de nosotros nos creemos dueños de sus recursos y de todo lo que nos pueda ofrecer tan solo por caminar erguidos y tener pulgares oponibles.
    Recapacitemos un poco y pensemos en que estamos haciendo.
    Como dice el ultimo texto:
    Aparece un punto, un copo de carne. Se hincha como un globo; se mueve, gira, se detiene y desaparece. Ésa es tu vida. “

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  9. REFLEXIÓN SOBRE LOS TEXTOS:

    El primer texto procede de un libro titulado “La luz que no puedes ver”, donde un chico escucha un programa de radio donde un hombre habla sobre la luz y otros temas.
    Este fragmento me ha hecho ver que muchas de las cosas que nos rodean hoy en día, tienen un origen a miles y millones de años atrás. Como en el caso del carbón que se muestra en el escrito. El carbón que parece ser un material bien común para nosotros y al parecer sin ninguna historia interesante que contar, procede de plantas verdes como los helechos o los juncos que a partir de diferentes procesos geológicos que empezaron muchos años atrás han terminado en nuestras casas hoy. Encendiendo las barbacoas de los domingos o calentado el salón des de las chimeneas de nuestros hogares. ¿Qué pasaría si esas plantas no hubiesen existido? ¿Si no hubiesen recibido la luz que las hizo crecer? Esa luz que alimento esas plantas es la que hoy cocina nuestros alimentos y nos calienta en los días más fríos de un modo u otro. Por eso no la podemos ver, porque esta existió millones de años atrás pero sin ella muchas de las cosas que hoy nos rodean apenas existirían. Por eso tenemos que apreciar esa luz tan lejana de nuestros tiempos que nos ofrece tantas cosas.

    El segundo texto es un fragmento de “Una temporada en Tinker Creek”, un libro escrito por Annie Dillard. El libro relata las experiencias de la autora durante su visita al estado de Virginia, en una zona rodeada de naturaleza. Y nos hace comprender lo difícil que ha sido llegar hasta este punto de la vida y lo muy insignificantes que somos. Que al fin y al cavo somos una serie de coincidencias que dieron como resultado la vida y la Tierra tal y como la conocemos.

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  10. Lucía Pérez i Andrea Pérez

    En primer lugar, como bien dice el texto “¿Cómo puede ser que a nuestro cerebro jamás le haya llegado un rayo de luz, pero en cambio construya un mundo lleno de luces?”
    Creemos que con la frase de: “construya un mundo lleno de luces” se refiere a como nuestro cerebro diferencia entre colores, más bien tonalidades. De alguna manera nuestro cerebro si que percibe luz, aunque sea de forma indirecta, por ejemplo: gracias a los ojos, percibimos lo que llamamos “rayos de sol” (luz), estos envían la información a los nervios que conectan con el cerebro. Así pues, de forma indirecta, el cerebro recibe “luz”.

    En segundo lugar, no somos conscientes de todo el proceso que ha tenido que pasar, por ejemplo, un insignificante trozo de carbón hasta llegar a nuestras casas. En este caso, antes de llegar a ser carbón para calentarnos, había sido una hermosa planta verde e incluso muriendo, ha seguido transformándose y tras muchos años llegó a convertirse en lo que es ahora, carbón.
    No le damos ni la importancia, ni el valor que tiene una simple pieza de carbón, la consumimos sin más. No pensamos en todo ello.

    Con el fragmento de Annie Dillart, nos ha pasado como el ejemplo del carbón.
    La Tierra ha pasado por unos cambios y procesos incontables para convertirse en algo realmente maravilloso y precioso. Una vez empezamos a llegar los seres humanos, apenas contemplábamos la belleza que teníamos a nuestro alrededor, sino que empezamos a destruirla sin fin para poder seguir creciendo como humanidad. Pero lo fuimos haciendo tan deprisa y sin importar las consecuencias que podía tener, que ahora no queremos darnos cuenta de lo que es la pura realidad. Todo se esta hundiendo, tenemos culpa, pero seguimos siendo materialistas.
    Deberíamos cambiarlo ya.


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  11. Judit Santos Belmonte
    TEXT 1: " La luz que no puedes ver" Anthony Doerr
    Aquest text ens explica que gracies a la llum que ens ve del exterior mitjançant els ulls, el nostre cervell que està tancat dins d'una foscor profunda, és capaç de interpretar formes, donant unes imatges amb tot una série de tonalitats i colors, que per ell mateix no podria extreure aquesta informació directament, ja que com he dit abans, el cervell utilitza els sistema ocular com a vía per veure l'exterior.
    Per una altre banda, també ens mostra que no som concients del que realment significa el pas del temps en relació a la matèria, ja que fins i tot, la cosa més simple, com un troç de carbó, ha hagut de passat per molts anys i processos fins arribar a l'actualitat, bàsicament és impressionant i inimaginable.

    TEXT 2: "Una temporada en Tinkerb Creek" Annie Dillard
    Ens parla de l'evolucció de l'univers, més concretament de l'inici fins a l'actualitat del nostre planeta. Del qual estem més concentrats en guardar records de coses momentànies que no tenen cap importància, en comptes, d'alló que realment estem perdent, com tots el glacials que s'estan desglaçant, selves que estan arrasant ... On realment hauríem de centrar el nostre punt d'atenció.

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